Recuerdo un proyecto en el que estaba trabajando
hace ya unos cuantos años, era un proyecto de localización de software y
lideraba un pequeño equipo de 6 personas. La carga de trabajo que tenía era
bastante alta, y pensé, bueno, pues en esta situación estudié en mi master de
RRHH que lo que debo hacer ¡es delegar!, y así , crecemos como equipo y podemos
conseguir más cosas juntos. ¡Perfecta teoría! Horrible mi puesta en practica :)
Me dirigí a uno de mis colegas y le comenté
-
Oye
estimado compañero, ando super-ocupado esta semana preparando la presentación
del training que tenemos a finales de mes, me puedes ayudar y ocuparte tú de la
creación de test cases?
-
Y
la respuesta, fue, NO, yo también estoy ocupado.
En esos momentos me quedé totalmente sorprendido, y
no entendí por qué sucedió eso, pero resumiendo, me di cuenta que fallé en uno
de los principios básicos de delegar.
Para que una tarea sea delegada
eficientemente tiene que ser una tarea en la que el miembro de tú equipo o bien
se le dé bien, o bien quiera hacer. Si esta premisa no se cumple, la
delegación será un desastre, como me pasó a mí :)
Pero bueno, como de los errores se aprende, mi
capacidad de delegación fue mejorando, y quería aprovechar este blog para
reflexionar sobre el concepto de delegar.
Delegar no es pasarle la patata caliente a alguien
de lo que no queremos hacer, tampoco es darle a alguien tareas que consideramos
de poco nivel o aburridas. Delegar es confiar en alguien para que haga una
tarea para la cuál están preparados, tienen mejores condiciones que nosotros, o
más tiempo. Delegar, significa que otra persona llegue a hacer una tarea mejor
de lo que haríamos nosotros mismos.
Pero, ¿por qué da tanto miedo delegar?. En mi
opinión estos temores se basan en 2 grandes áreas
1.
La
persona va a hacer tan bien la tarea que delego, que se va a quedar con mi
puesto de trabajo. Y tarde o temprano, yo seré redundante y me despedirán. Ya
que, ¿si delego mis tareas, para que me quiere la empresa?
2.
No
confiamos que la otra persona pueda hacer bien la tarea que le asignamos. Es
decir, no confiamos en su capacidad
Para solucionar el primer caso es importante
entender que cuantas más cosas se deleguen más nuevos proyectos, procesos o
tareas se pueden abarcar como departamento. Cuando pierdes el miedo a delegar
se crece como equipo; y yo personalmente, no me he encontrado en los más de 20
años que llevo en este mundo de la localización, que haya sido despedido porqué
alguien hace bien las tareas que delego.
Esta idea la resumió magistralmente (como la mayoría
de la cosas que hacía) Steve Jobs. Él afirmo que “No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles
lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que
nos digan que tenemos que hacer” En mi últimos años me he dado cuenta que
cuantas más tareas delego, más espacio hago para coger nuevos proyectos o
definir nuevos procesos.
Para solucionar el segundo caso, hay que conseguir
que la persona a la que delego la tarea la vea como su responsabilidad, no como
una obligación.
Si percibimos que la persona no se siente responsable,
sino que se siente obligada, la delegación no marcha por el buen camino. Para delegar eficientemente debemos dar la
autonomía suficiente para que la tarea sea realizada sin nuestra supervisión
continua, si delego, y estoy constantemente controlando, ni ahorro tiempo, me
estreso pensando que yo lo haría de una manera distinta, además la persona que
está haciendo la tarea se pregunta que para qué he pedido ayuda en algo si
continuamente estoy controlando todo.
Debemos evitar micromanagement, lo que debemos hacer
es dejar muy claros cuales son los objetivos, cuales son los resultados óptimos
,que resultado final queremos. Y esto, debe ser acordado antes de empezar la
delegación de la tarea. Lo primero que debo de hacer es invertir tiempo,
juntarme con la persona que va a hacer la tarea delegada y hacerse la siguiente
pregunta.
Para que esta tarea sea realizada con éxito el
resultado debe ser ……
Delegar requiere una inversión de tiempo, pero ayuda
enormemente a conseguir objetivos mayores.
Antes de cerrar este post quiero comentar algo, y es
algo que no puedes delegar nunca.
Nunca debes delegar una tarea que es fundamental y
está vinculada a tu puesto de trabajo. Por poner un ejemplo, si eres el
responsable de presentar el informe mensual de ventas con los provedores, esa
presentación la tienes que hacer tú, va intrínseca y ligada a tu puesto de
trabajo.
La mejor
manera para saber qué tarea no delegar es volver a los origines del gran Peter
Drucker , maestro del management del siglo XX (y XXI en mi opinión). Debes
hacerte y responderte a la pregunta. “La razón por la que mi empresa creó mi
puesto de trabajo es …. “cuando encuentras la respuesta a esa pregunta,
esa, es la única tarea que no puedes delegar, para el resto, cuanto más
delegues, mejor, los grandes managers delegan constantemente. Tú éxito como
manager también se mide por la capacidad que tienes de delegar tareas, guiar a
tu equipo y permitirles triunfar y crecer profesionalmente.
Keep calm and enjoy delegating!
@yolocalizo