El
pasado Jueves hice algo por primera vez, y eso después de cuarenta y tantos
años es siempre algo interesante J
El año
pasado inicie mi viaje para mejorar mis habilidades comunicativas y de liderazgo,
viaje, en el cuál me embarque el año pasado gracias Toastmasters.
Y el
pasado Jueves, por primera vez, realicé el rol de Toastmasters del día.
Y
mientras realicé mi rol me di cuenta de lo siguiente. Lo primero que me di
cuenta es, que sigo sudando J cuando acabo una sesión en la que hablo en
público mi camiseta siempre acaba en la lavadora J Quizás algún día controle mejor
mis nervios, pero a día de hoy, cada vez que subo a nuestro escenario en
nuestro Toastmaster club empiezo a notar como me suben los calores J Mis compañeros me comentan que
cuando ellos me observan durante mis intervenciones no aprecian que esté
nervioso, ¡eso está bien!, pero internamente siento que todavía no estoy cómodo
en estas circunstancias, pero bueno, ¡estamos en ello!
Lo
segundo que aprendí mientras realice mi rol de Toastmasters del día, es la
cantidad de aplicaciones practicas que tiene en mi día a día.
El rol
de Toastmaster del día es ser el maestro de ceremonias del evento, eres como un
anfitrión que invita a amigos a cenar a casa y se tiene que asegurar que la
cena está lista con los ingredientes correctos, que el tiempo de cocinado es el
adecuado, que el vino es el correcto, que la lista de música que has escogido
en Spotify mezcla bien con los
diferentes momentos de la cena, que tus invitados se sienten cómodos y que cierras
…¡ con un gran postre!
Como Toastmasters
del día aprendí de la importancia de mantener un tono entusiasta durante toda
la reunión, aprendí la importancia de hacer que los invitados que se acercaban
por primera vez a nuestro club se sientan cómodos, aprendí de la importancia de
presentar bien los temas, y a los distintos miembros del equipo, aprendí a
manejar bien el tiempo, a manejar bien la agenda para que no haya retraso, y
también aprendo a ¡sonreir!, es increíble lo que me cuesta sacar mi sonrisa cuando
hablo en público, parezco un ¡Terminator! Pero poco a poco sonrío más y más … y
me he dado cuenta de que cuando sonríes, la gente tiene una mayor tendencia a empalizar
contigo, es como un espejo.
Ser
Toastmaster del día es como ser el organizador de una reunión de trabajo, he
asistido a muchas reuniones durante mi carrera profesional en la que ni se
mantiene un tono positivo, ni se introducen bien los temas, ni los roles de los
asistentes, y por supuesto he asistido a muchas reuniones que empiezan tarde y
terminan aún más tarde. Por eso me gusta tanto Toastmasters, es el mejor sitio
para hacer errores, y para sudar, para que luego, cuando estoy en el trabajo
sude menos haciendo las distintas tareas que se esperan de mí.
A
continuación os dejo el enlace que
explica en detalle las funciones de este rol, porque eso es algo que también he
aprendido, la importancia de practicar, y practicar y practicar en la fase de
preparación.
Seguiremos informando como va mi guerra con los nervios de hablar
en publico J